La pequeña niña parada sobre su pie derecho en el alto e inestable pilar mira a su alrededor y piensa: aceptar o pelear, soñar o despertar, su pierna tiembla de tanto resistir pero aun así no se rinde, porque un gran vacío la espera en lo bajo si cae, un inframundo frío y cruel al cual no quiere ir. Resiste y se da fuerzas.
Todos tratan de que caiga, el viento sopla fuerte y en todas direcciones, el incesante y agobiante sol hace que su lucha sea cada vez mas dura y las aves carroñeras rondan en torno a su figura diminuta esperando que desista.
Su espíritu es implacable, su deseo por volar es infinito y un simple temblor de la realidad no la hará caer. Mira con sus grandes ojos el horizonte, el abajo y el arriba, ruega por una ayuda.
El pilar comienza a desmoronarse, pero su mirada sigue en lo alto. De pronto lo esperado sucede, son dolor y satisfacción a la vez, de su espalda surgen grandes alas que desgarran su piel lastimándola, pero no llora porque estas la elevan en el aire.
Has conseguido lo que querías, transmite la realidad, no me has ganado pequeña soñadora, lo has logrado, vuela con los demás y nunca mires hacia abajo ni dejes que corten tus alas.
Todos tratan de que caiga, el viento sopla fuerte y en todas direcciones, el incesante y agobiante sol hace que su lucha sea cada vez mas dura y las aves carroñeras rondan en torno a su figura diminuta esperando que desista.
Su espíritu es implacable, su deseo por volar es infinito y un simple temblor de la realidad no la hará caer. Mira con sus grandes ojos el horizonte, el abajo y el arriba, ruega por una ayuda.
El pilar comienza a desmoronarse, pero su mirada sigue en lo alto. De pronto lo esperado sucede, son dolor y satisfacción a la vez, de su espalda surgen grandes alas que desgarran su piel lastimándola, pero no llora porque estas la elevan en el aire.
Has conseguido lo que querías, transmite la realidad, no me has ganado pequeña soñadora, lo has logrado, vuela con los demás y nunca mires hacia abajo ni dejes que corten tus alas.